Todos somos conscientes de que durante la década de los 60 la exportación de tomates fue la mayor fuente de ingresos no solamente de Telde sino también del resto de la isla. Aunque, posiblemente, esta ciudad fue una de las pioneras en el cultivo de tomates, unos cultivos que se realizaban en lugares como El Goro, La Pardilla, El Cortijo, El Caracol, La Garita y Jinámar. Por ello, no debe extrañarnos que ninguna ciudad o pueblo de la isla haya tenido mayor número de exportadores.
La ciudad de Telde tuvo dos grandes Inspectores de fruta don Francisco Artiles Rodríguez y don Antonio Amador Peña; que gracias a su humanidad y a su buen hacer muchos pequeños exportadores lograron subsistir y otros pudieron continuar.
En aquellos tiempos, Telde, al igual que gran parte del sur de la isla, no tenía mano de obra para cultivar sus plantaciones por lo que se tuvo que traer a personas de todos los rincones de la isla. Y, así, familias completas bajaban en camiones con todos sus enseres a hacer la zafra, que duraba unos siete meses, y vivían en cuarterías. No cabe duda de que eran años muy duros y difíciles y ello porque los medios eran muy escasos, y la tecnología casi no existía. De hecho, en los empaquetados de tomates muchos días se trabajaba toda la noche. Igualmente debido a la falta de barcos para transportar la fruta, los camiones cargados de tomates con sus respectivos conductores esperaban en los muelles incluso tres o cuatro días.
Los cestos (hechos por los “ajusteros” con una rapidez asombrosa) eran de madera y pensaban seis kilos y se llevaban sueltos formando castillos. A pesar de todo, existía más humanidad, respeto y cariño entre las personas que hoy.
Todo ello me lleva a afirmar que, indudablemente, durante la década de los 60 la ciudad de Telde era el motor de la economía canaria. Hasta tal extremo que una entidad bancaria local recibía más divisas en seis meses, en libras, florines holandeses o marcos alemanes, que su central en Las Palmas en todo el año. Pero no debemos caer en el error de pensar que en esta ciudad se cultivaban grandes cantidades de tomates sin preocuparse por la calidad.
De hecho, era tal el prestigio que los mundialmente famosos almacenes Harrod’s, a través de sus agentes de compra, comercializaban muchas de las primeras marcas de tomates cultivados y empaquetados en Telde. A su vez, estos almacenes suministraron durante muchos años todos los alimentos al palacio de Buckingham, residencia habitual de su majestad la reina Isabel II. Por lo que no es ilógico pensar que nuestros tomates hayan sido consumidos por la familia real inglesa. De la misma manera, hemos de mencionar la venta de frutas a través de agentes y de grandes cadenas de supermercados como Mark-Spencer, Tesco, Safeway. De este modo, también se ha de resaltar que nuestra fruta ha sido consumida en los mejores hoteles de Londres como son el Ritz, el Savoy, el Hilton y el Dorchester; lo que nos lleva a pensar que muchos premios Nobel, actores, actrices, científicos, escritores y famosos han degustado la calidad de nuestros tomates.
Fotos: cesarkkano
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