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22 de noviembre de 2012

VISITA GUIADA - INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL YACIMIENTO DEL RISCO CAÍDO - ARTENARA

GRAN CANARIA / ISLAS CANARIAS

Sin duda, uno de los lugares más espectaculares de la isla, un yacimiento peculiar excavado en la roca:


UN MARCADOR ASTRONÓMICO


Existen dos cuevas dentro de este conjunto que destacan de forma especial. Una de ellas, de planta circular, presenta una bóveda de más de 4 metros de altura. Un ventanuco en la parte superior permite, durante varias semanas y especialmente en el solsticio de verano, que un haz de luz recorra la pared del fondo donde se concentran los grabados púbicos. Las crónicas relatan la importancia que tenía para los aborígenes el conocimiento de los astros, las fases lunares o los movimientos del sol. La arqueología da cuenta de lugares que pudieron ser observatorios o marcadores astronómicos.

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EL HOMBRE QUE FOTOGRAFIÓ LA ISLA DE SAN BORONDÓN


Era un día de verano, a finales de los años 50. Unos niños se bañaban en un estanque, en el valle de Aridane, isla de La Palma. Un hombre, el fotógrafo Manuel Rodríguez Quintero, pasaba por allí. Le pidió a los niños que se fijaran bien en aquella sorprendente imagen que se manifestaba en el horizonte, fueron los testigos de excepción. La leyenda se hacía visible: San Borondón, esa isla encantada perseguida durante siglos, se mostraba ante sus ojos frente a Tazacorte. No podía ser El Hierro, que queda más al sur, frente a Fuencaliente. Era una isla que aparecía al oeste de la isla de La Palma. ¿Efecto óptico, espejismo? Las leyendas forman parte esencial de la historia humana.














La exposición de 80 fotografías de Manuel Rodríguez Quintero en el MAB, Museo Arqueológico Benahorita, de Los Llanos de Aridane, ha sido feliz iniciativa de María Victoria Hernández, consejera de Cultura. Aquel joven de rostro enteco llevaba consigo una carga de artista, a borbotones se expresaba su energía interior, su bohemia instintiva. Habla por sí sola una imagen en la que se le ve en su pobre “estudio” en compañía de otros hombres de su época. Fotos en blanco y negro, pero con tales matices que parecen sinfonías en color, por ejemplo las vistas de la Caldera. Se trata de documentos insuperables, y, exhibidos gracias a la generosidad de su familia, podemos contemplar algunos perfiles de aquella isla rural y pobre de la emigración, casuchas casi inhabitables, carreteras de tierra, isla de la larga dictadura, el miedo y los silencios.

Imágenes de un valor histórico innegable. Así la de los niños que transportaban a sus “señoritos” por el barranco de Las Angustias, y uno de ellos sigue fumando un orondo puro mientras es transportado. La estrecha y polvorienta carretera de tierra que solo llegaba hasta Candelaria, núcleo central de Tijarafe. La belleza edénica de Puntagorda, la expresividad salvaje de La Caldera. Laconstrucción del ayuntamiento de Los Llanos, las primeras casetas de Puerto Naos, la presencia del alcalde Duque cuando empezaba a verse la necesidad de ordenar aquel entorno. Célebres fueron también sus fotografías del volcán de San Juan (1949). ¿Qué decir del increíble testimonio de los republicanos huyendo a La Caldera, aquellos a los que engañosamente se les denomina Los Alzados? ¿Y el contrapunto del mitin de Falange terminada la guerra, con el arco triunfal apoyado en la fachada de la iglesia de Los Remedios?

Y, aunque no esté presente, hemos de recordar la célebre imagen sanborondiana. Sucedió que una tarde de 1957 o 1958 él deambulaba, con su cámara al hombro, por Las Martelas de Arriba, cerca de Triana, en Los Llanos. En las represas-estanques propiedad de Gregorio Camacho Gómez se bañaban unos niños, entre ellos Arístides Sánchez y Evaristo Pérez Barreto. En un día de horizonte y cielo limpio de repente una isla se dibujó mar afuera, no era El Hierro, que estaría más al sur, a la altura de Fuencaliente. Era la isla encantada, no podía ser otra. Luis Diego Cuscoy daría amplio testimonio en el ABC de Sevilla, el 10 de agosto de 1958.

Rodríguez Quintero nació en 1897, Santa Cruz de La Palma, y murió en Los Llanos, 1971. Desde los 15 años trabajó como fotógrafo “ambulante”, al lado de su padre. Estuvo diez años en Cuba ejerciendo la profesión. Todo el mundo lo conocía por El Cernícalo, un apelativo que al parecer viene de sus años mozos, cuando él y otro joven estaban interesados por la misma chica, y alguien le advirtió que si no se andaba con ojo el otro se la levantaría “como un cernícalo.


Ilustración: 
esta es la célebre imagen de San Borondón, que dio a conocer el periódico ABC.

Autor: LUIS LEÓN BARRETO


REFLEXIÓN: JÓVENES EN PARO, UN DRAMA NACIONAL


Una de las mayores frustraciones que se pueden padecer es estudiar una carrera universitaria, apuntarse a varios másters, hacer pinitos con algún idioma y luego dedicarse a poner currículums para dependientes en El Corte Inglés. Cuando la gente joven obtiene, al fin, su primer trabajo se da cuenta de que el esfuerzo anterior no le ha servido gran cosa. Algunos han tenido que arriesgarse a fundar su propia empresa, sorteando los mil impedimentos burocráticos; otros se han colocado en una cafetería, una tienda de ropa o algo parecido. Además, hay otras circunstancias desfavorables. Los incrementos de las tasas han disparado el coste de los másters. Y los que quieren aprender un idioma se dan cuenta de que los centros especializados están saturados.

Salir al extranjero para encontrar un minitrabajo que ayude a sobrevivir, con la esperanza de que algún día hallarán una ocupación acorde con su formación, requiere mucha suerte. Ser licenciado en Historia o en Derecho o en Arquitectura es deprimente; en cambio los profesionales de la salud, médicos y enfermeros, pueden colocarse con facilidad en el extranjero. ¿Y para qué sirve un periodista en la sociedad actual? Aquella profesión que gozó de prestigio y hasta de influencia hace ya décadas se ha visto condenada al ostracismo. La caída brutal del empleo hace que ya no queden gabinetes de prensa ni siquiera en los ayuntamientos más alejados, las televisiones y las radios se están viendo sometidas a reducciones drásticas de plantilla. Incluso las carreras que han estado de moda hasta hace poco, psicología por ejemplo, están ya tan colapsadas que ni siquiera poniendo un psicólogo en cada familia habría una ocupación adecuada.

Frente a este panorama, hay titulaciones que están mejor situadas: las carreras técnicas y sobre todo la informática permite que algunos de los recién titulados se arriesguen a fundar su propia empresa. ¿Las soluciones? Cuando se suceden los gobiernos incapaces de resolver cuestiones sociales tan básicas nos damos cuenta de que gana la partitocracia, los aparatos estatales ya no sirven. La enseñanza está mal orientada y las iniciativas del gobierno para resolver estas cosas escasean. Faltan créditos y estímulos a los jóvenes para que puedan emprender, para que puedan hallar soluciones.  

Ilustración: plantada de maletas de jóvenes en paro, en Barcelona


Autor: LUIS LEÓN BARRETO